Ayer veía un programa de entrevistas, que le hacían al Presidente Rafael Correa, varios periodistas famosos de televisión. Correa sigue teniendo ese encanto nato que atrae a la gente y la hace interesarse en lo que él está diciendo. No ha perdido esa conexión natural con el pueblo, aunque ahora se le ve más maduro y mas firme que hace casi año y medio cuando asumió la presidencia. Sigue siendo un hombre confiable para el país. Todavía se le percibe esa enorme responsabilidad que se echó encima cuando decidió que iba a cambiar a Ecuador. Sigue abrazado a sus promesas de campaña y eso ya es decir mucho, cuando la constante entre nuestros líderes latinoamericanos, ha sido siempre la de prometerle a nuestros pueblos el cielo, para luego con el neoliberalismo gringo en la mano, seguir dándoles el infierno. Correa con todos sus defectos, que además él reconoce públicamente, no ha perdido su aura de líder, que conduce a la nación hacia el futuro. ¿Seremos capaces de acompañarlo hasta el final, criticándolo cuando sea necesario y apoyándolo cuando sea necesario también? Estamos acostumbrados a apoyar o a descalificar a los gobernantes, en blanco y negro. Si Correa logra que el pueblo lo vea con sus matices y él sigue comprometido con la causa de la patria, le dirá sí en el referéndum, para luego hacer sus exigencias de igual a igual, con un hombre que si no pierde sus ideales por las malas influencias que lo rodean, se está perfilando como un líder extraordinario.
jueves, 22 de mayo de 2008
El Presidente
De las cuerdas nefastas que empiezan a amarrar a Correa, y que han estado presente desde el comienzo en su gobierno, hablaremos más adelante, porque camarón que no se duerme, no se lo lleva la corriente.
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