domingo, 6 de julio de 2008

Las máscaras de la violencia.


Siempre la alegría de otro ser humano será como un bálsamo para el alma. La liberación de los secuestrados en Colombia nos mueve a pensar en los reencuentros después de tantos años de ausencia con sus familiares más queridos, de la restauración de la normalidad perdida. Pero, la alegría por el hecho en sí, dura poco, cuando vemos y oímos las declaraciones del Ministro de Defensa colombiano, que dice que el operativo fue de un éxito sin precedentes, porque lograron engañar a las FARC, y presenta los hechos con un infantilismo tan absurdo, como sus argumentos. A muchos nos ha quedado la sensación de que, como siempre, ocultan algo muy importante.
¿Qué hay detrás de los acontecimientos que a simple vista parecen tan idílicos? ¿Cómo así el ejército colombiano rescató a estos secuestrados sin disparar ni un tiro y cuando los otros secuestrados, que fueron rescatados por las intervenciones del Presidente Chavez y la Senadora colombiana y algunos organismos internacionales, mientras caminaban hacia la libertad eran baleados por ese mismo ejército? ¿Es que Uribe amaneció una mañana y dijo, vamos a rescatar a Ingrid Betancourt?
Detrás de la máscara que siempre se pone el gobierno colombiano actual, está la compra de conciencias en el congreso colombiano, para legalizar la reelección de Uribe.
¿Qué pasa con los narcotraficantes y los paramilitares? En los últimos tiempos el gobierno colombiano hace noticia sólo por el tema de la guerilla. ¿Y la intervención de USA en territorio colombiano no se debe al narcotráfico también? El gobierno colombiano dice que el operativo de liberación lo hicieron solitos, y los funcionarios de gobierno estadounidense dicen que es gracias a la ayuda logística, que les da el gobierno de USA. ¿A quién le creemos?
Hay otras voces que dicen que la guerrilla está tan fracturada que al final no hay guerrilla.
Los mensajes del gobierno de Uribe son, que ellos son los héroes que han triunfado contra la violencia. Somos muchos en el continente, los que nos alegraríamos profundamente de que así fuera, pero como sabemos que la violencia de la guerrilla de todas las violencias que coexisten en Colombia es la que tiene menos fuerza, aunque Uribe y sus aliados estadounidenses nos quieran convencer de lo contrario, nos resulta casi obligatorio preguntarnos: ¿Qué pasa con la violencia de los paramilitares, los narcotraficantes y los secuestradores de oficio? ¿Van a desaparecer como por arte de magia, como la guerrilla? ¿Va a desaparecer la pobreza del pueblo colombiano, va a desaparecer la codicia y el entreguismo del gobierno de Uribe, va a desaparecer el crimen contra los campesinos, por parte de los latifundistas? Si no hay Justicia en Colombia, con o sin guerrilla, seguirá la violencia, porque la derecha ha logrado institucionalizarla y convertirla en un hecho funcional a sus intereses económicos.
Por eso, camarón que no se duerme, no se lo lleva la corriente.

La foto pertenece a: purgatoriodealmas.blogspot.com

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