miércoles, 4 de junio de 2008

¿El capitalismo como la solución final?


Son muchas décadas de estar oyendo que van a acabar con el hambre en el planeta. Son muchas décadas oyendo que el exitoso capitalismo va a terminar con el hambre en el planeta y mientras tanto siguen muriendo de hambre millones de personas. Cientos de millones viven con menos de un dólar al día. Los niños desnutridos son también demasiados millones. Parece que el aumento de gente que se muere de hambre es proporcional a las fortunas que se refuerzan en el mundo todos los días. Los ricos no se oye que estén siendo menos ricos, pero los pobres cada vez son más pobres. ¿Cómo van a acabar con el hambre en el planeta ahora que les dio por los biocombustibles? ¿Será que la generosidad de USA va a llegar tan lejos como para compartir sus alimentos con los africanos, por ejemplo? ¿Cómo vamos a creer en USA, si lo que mejor saben hacer es andar guerreando por el planeta, empobreciendo a pueblos enteros? ¿Europa todavía cree en la limosna como solución? Los europeos y estadounidenses exprimieron al continente africano hasta que les convino, luego los convencieron de que la occidentalización los llevaría a la riqueza total y destruyeron sus bases culturales y sus formas de producción ancestral, para incorporarlos al mercado mundial. ¿Y ahora debemos creerles que de verdad están preocupados de Africa y del hambre en el mundo? ¿Podemos seguir creyendo en las buenas intenciones que no se concretan nunca?
El hambre en el mundo no se va a solucionar si los países ricos no renuncian a algo. Y como ese algo tiene que ver con sus intereses económicos, que no nos vengan a meter el dedo en la boca queriendo que de nuevo creamos que así, de la nada, hoy cambiaron la codicia de siempre, por un interés genuino por la pobreza de los demás.
El capitalismo es el sálvese quien pueda, es mirar hacia otro lado para no ver la pobreza, es la limosna, es la explotación de seres humanos y recursos naturales hasta el agotamiento, es mirar con indiferencia al otro, que no tiene qué echarse a la boca, mientras yo tengo las bodegas llenas. No creo que los estadounidenses, europeos, gringos y ricos en general, tengan en sus planes cambiar el sistema, si a ellos con el mismo les ha ido tan bien. No faltará el tonto que diga, que entonces, a los países que se mueren de hambre, ya les llegará su turno de también ser ricos, porque estupideces como esta ya no las cree nadie, y menos cuando el calentamiento global está inutilizando enormes porciones de territorios fértiles en el planeta y vemos con angustia, cómo el problema se sigue agudizando, a la vista y presencia de la riqueza mundial que ya no sabe qué hacer con tanta plata.
Si al final la codicia nos sigue vendando los ojos y terminamos en una hecatombe mundial, el único epitafio que nos quedaría a la medida, sería: aquí yace, la única especie estúpida que ha existido y que despreció la vida, por morir abrazada a su cuenta bancaria y al dios mercado.
¿Vamos a seguir permitiendo que sea el capitalismo con su codicia insaciable, el que nos siga gobernando la vida, y ahora también la muerte por hambre?
Si queremos ayudarnos y ayudar a que nuestro hermoso planeta azul, no se convierta en nuestro enemigo, empecemos a pensar con claridad y no sigamos caminando por lo insustancial, la onda de moda, lo pasajero, lo inútil y démonos un tiempito para pensar en las personas que nos acompañan en este corto y difícil camino, porque ellos tienen nuestras mismas necesidades y nuestros mismos problemas.
Despertémonos del letargo cómodo de no pensar y seamos camarones que ya no se duermen...

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